Una hamburguesa es un alimento tradicional en forma de bocadillo y que está elaborado a base de carne picada aglutinada en forma de filete. La hamburguesa se puede cocinar a la plancha, a la parrilla, puede freírse u hornearse. Actualmente ya se pueden encontrar diferentes variaciones de hamburguesa, entre las que hay citar especialmente las Fitness Burger.
Las hamburguesas tradicionales poseen un notable componente calórico y un alto contenido en grasas. Elementos que provienen especialmente de la carne usada como ingrediente y del método de cocción que se emplea. Cualquier hamburguesa de este tipo no posee menos de600 calorías, una grasa que puede llegar hasta el 30% y un alto contenido en sodio y colesterol.
Las Fitness Burger
Las hamburguesas Fitness Burger, por su parte, son ideales para aquellas personas que quieran seguir una dieta saludable baja en grasas y con un aporte proteico de calidad sin renunciar al mejor sabor. Suelen estar elaboradas con carne magra de pollo, pavo, ternera, potro, conejo o atún, y lo único que tienen en común con las tradicionales es el formato.
Estamos hablando, por tanto, de un tipo de hamburguesa de mejor calidad nutricional, con menos grasa, más condimentos que ofrecen sabores originales y hasta más vegetales que le añaden al producto fibra, vitaminas y minerales. Además, el método de cocción es más cuidado para no sumar grasas a la comida.
Las hamburguesas más saludables suelen ser las de pollo, aunque también existen hamburguesas de filetes de pescado y hamburguesas de soja que tienen un alto contenido nutricional. La clave suele estar en disponer de la carne de mejor calidad y la más baja en grasas, añadiéndole diferentes vegetales y evitando los fritos.
Lo ideal, por tanto, para disfrutar de este tipo de hamburguesas con todo el sabor es controlar el porcentaje de grasa y las calorías del plato.
Ingredientes de una Fitness Burger
La carne
La carne, ingrediente básico en cualquier tipo de hamburguesa, debe ser escogida cuidadosamente en el caso de las Fitness Burger. Aquí podemos emplear carne de ternera magra, pechuga de pollo o pavo, conejo, pescados como el atún o el salmón, etc.
Lo ideal es escoger piezas que no tengan muchas partes grasas (la cantidad de grasa en cada hamburguesa nunca debe superar el 20%). El peso más recomendado para las Fitness Burger es de 150 - 200 gramos, ya que así se puede conseguir el punto de cocción perfecto de la carne.
Hay precisamente una serie de tipos de carne más que interesantes para esta hamburguesa:
Carne de vacuno: rica en proteínas
Carne de bisonte: carne magra natural
Carne de pavo y pollo: rica en vitaminas
Carne de salmón: rica en ácidos grasos omega
Hamburguesas vegetales: elaboradas a base de legumbres, son ricas en fibra
El pan y el resto de ingredientes
A la carne se le pueden agregar otros ingredientes para completar nuestra Fitness Burger o hamburguesa saludable. Entre ellos habría que destacar ingredientes vegetarianos como el arroz, las legumbres, salsas a base de queso de crema, aceite de oliva, aguacate o yogur natural bajo en grasas, así como avena, semillas, cebolla picada, tomate, zanahoria rallada, espinaca, etc.
El pan es otro de los ingredientes esenciales en cualquier hamburguesa. En este caso, puede tratarse de un pan de muffin inglés. Otra opción sería emplear un pan integral libre de gluten y sazonado con un poco de orégano para darle más sabor.
La lechuga y la cebolla, ingredientes muy comunes en cualquier hamburguesa, pueden ir aquí con un poco de aceite de oliva. También se pueden añadir el tomate natural, los pepinillos naturales y unos champiñones hervidos. Se eliminan aquí cualquier salsa tipo ketchup o mostaza.
Todos estos ingredientes no aportarán más allá de 300 calorías, de las cuales solo un 10% serán grasas saturadas. Una diferencia, por tanto, más que importante con respecto a las hamburguesas tradicionales.
Fitness Burger
En definitiva, las Fitness Burger se han convertido en la opción más saludable a las tradicionales hamburguesas de comida rápida. Una alternativa que nos permite disfrutar de platos más nutritivos, con menos grasa y con un sabor que no pierde ni un ápice de calidad. Eligiendo la materia prima adecuada se pueden convertir las hamburguesas de toda la vida en un plato muy sano.